He desempolvado carpetas, y he podido digitalizar algunas cosas, que puedan servir de historia para las asociaciones actuales. Espero que sea de interés para IFMSA- Zaragoza. He rescatado una memoria del grupo (se puede comprobar que cortar y pegar se hacía con tijera y pegamento) donde se puede ver nuestro ideario y trayectoria. En aquella época existía una gran plétora médica, no existía numerus clausus en Medicina. En Zaragoza estabamos unos 1000 estudiantes por curso. Fuimos un "error histórico" en palabras de nuestro Decano, porque no hubo voluntad política para tomar una medida impopular como restringir la entrada en Medicina. En aquellos años hubo cerca de 20.000 médicos en paro. Simultaneamente uno de los problemas era el pluriempleo de los médicos que estaban en el sistema. Según el sociólogo Jesus de Miguel en aquella época los médicos en ejercicio tenían una media de 2,4 puestos de trabajo, de los cuales 1,3 en la propia Seguridad Social. La tan reclamada Ley de Incompatibilidades no se publicaría hasta 1.984.
El último número de la revista Entabán (descargar aquí) fue publicado en abril de 1982. Muchos de los temas abordados siguen estando de actualidad. Os recomiendo que leáis "La salud" (pag. 24) de Jordi Gol, que era una traducción al castellano del famoso artículo que explicaba la definición de Salud como aquella manera de vivir autónoma, solidaria y gozosa, que se elaboró en el X Congreso de Médicos y Biologos de Lengua Catalana de 1.976. Una concepción de salud con un enfoque muy salutogénico que apuesta por el bien-ser más que por el bien-estar. Esta definición finalmente fue incluida en la Ley de Salud Pública de 2011. También recomiendo el artículo "las Facultades de Medicina enfermas" (pag 29), donde el colectivo Entabán daba su visión sobre la enseñanza de la Medicina de ese momento.
Transcribo a continuación el editorial de esta última revista, que refleja bien la situación de aquella epoca. Habría que pensar que aspectos todavía siguen siendo relevante en la actualidad.
EDITORIAL (Revista Entabán, nº8, abril, 1982)
El sistema sanitario necesita un cambio.
Hay un desprestigio creciente de la sanidad pública. Problemas como la Reforma
sanitaria, la Ley de Incompatibilidades, la reestructuración de la Seguridad Social. son temas de debate
actuales a los que la Administración trata de dar una respuesta que pasa por: la
privatización de la asistencia sanitaria y la marginación de la salud pública y la medicina preventiva. Encauza el
derecho a la salud hacia un aumento de la asistencia médica. planteando que el problema
es de cantidad y no de calidad. La oferta de cambio se dirige hacia formas
de medicina tecnocrática, no se cuestiona la actual relación médico-enfermo, ni
las causas socioambientales de la enfermedad, sino que se orienta hacia los campos
del diagnóstico y el tratamiento, que refuerza el prestigio personal del médico
y llevan al consumo masivo de fármacos como medida salvadora, a pesar de la evidencia
de que no existe relación entre el exagerado aumento del gasto y su eficacia real
en el aumento de salud.
Nosotros consideramos que es preciso
defender el sector de la Sanidad público frente a otras opciones liberalizadoras o privatizantes porque así se garantiza el derecho a la salud para
todos los ciudadanos. desapareciendo las diferencias en la asistencia sanitaria
(medicina para pobres o para ricos). Posibilita la creación de un organismo integrado
y descentralizado desde el que se pueda hacer una auténtica planificación sanitaria,
vertebrando una asistencia y una medicina integral que reúna los aspectos preventivo,
curativo y rehabilitador.
Ya es hora de que en nuestro país
se oriente la sanidad hacia la práctica de una Medicina Social, en la que los médicos
trabajen en equipo y con otros profesionale,. donde el usuario colabore en todas
las cuestiones que afectan a la salud colectiva, donde la educación sanitaria ocupe
un lugar preponderante desde las escuelas hasta la televisión. Una sanidad que trabajando
en una comunidad determinada valore su eficacia según el del nivel de salud conseguido.
Para todo ello se requiere un profundo
cambio en la mentalidad de los médicos, a lo que desde luego no ayuda el actual
proyecto de ley de incompatibilidades; una nueva organización de las estructuras
sanitarias para que realmente favorezcan la participación de la comunidad y el
desarrollo de una conciencia activa por parte de la población para exigir una sociedad
sana.